Narcisismo y liderazgo

Narcisismo y liderazgo ¿Qué hago si mi jefe es uno de ellos?

El narcisismo es un rasgo de la personalidad que todos tenemos en mayor o menor medida, aunque cuando nos referimos a una persona narcisista, generalmente, estamos refiriéndonos a lo que en términos clínicos conocemos como trastorno de personalidad narcisista.

La prevalencia entre la población normal del trastorno de personalidad narcisista se sitúa en torno al 6%. De modo que, si conoces a más de cien personas, probablemente te hayas relacionado con al menos seis narcisistas. ¿Quiénes habrán sido? Probablemente sean aquellos que te hayan hecho sentirte pequeñit@, que siempre tenías la culpa o que no eras suficiente. Para ayudarte a localizarlos, te mostramos las características más fácilmente reconocibles de este tipo de personalidad:

  • Adaptación social normal, incluso admirable, brillante y exitosa.
  • Los demás son meros espectadores que han de reflejar su propio éxito y, a ser posible, contribuir a él.
  • Fuerte complejo de inferioridad, que se camufla con un comportamiento arrogante y autocomplaciente.
  • Fuerte dependencia de la admiración y aplauso por parte de los otros.
  • Falta de empatía y por tanto dificultad para entender los sentimientos de quienes le rodean.
  • Sentimientos crónicos de inferioridad, escondidos bajo una máscara de aparente superioridad que les lleva a instrumentalizar a quienes están a su alrededor.
  • Pueden llegar a mostrarse aduladores y serviciales, pero solo cuando se trata de conseguir algún propósito de promoción personal.
  • Vida emocional extremadamente superficial y serias deficiencias en su capacidad de amar.
  • Si las circunstancias se lo permiten, se construirán una corte de admiradores que proclamen sus altas cualidades

Por desgracia, los narcisistas suelen ocupar con frecuencia puestos de liderazgo, gracias a su capacidad para vender sus ideas, su grandilocuencia y su facilidad para apropiarse de los logros ajenos. Además, están muy orientados hacia el logro, dado que valoran el estatus de poder, y concentran gran cantidad de esfuerzo en lograr altos puestos. No obstante, las organizaciones que se han dejado llevar por la pomposidad de líderes narcisistas, sufrirán a largo plazo las consecuencias nefastas de este tipo de personalidad, como son el acoso o las mentiras. Dado el alto contagio de estas conductas tóxicas, sus equipos pueden terminar involucrándose, también, en actividades poco éticas y destructivas. Además, el egocentrismo de los narcisistas limita, a pesar de sus tretas, su capacidad para lograr un compromiso real de sus colaboradores no intoxicados y se terminan convirtiendo, en el mejor de los casos, en lobos solitarios.

Pero detectar un líder narcisista no siempre es fácil. Generalmente, actúan de manera sutil y el carisma y halo de confianza que desprenden puede hacer que te cueste reconocerlo. SI tienes a algún narcisista cerca de ti, nuestro mejor consejo es que te alejes, porque en algún momento vas a salir dañados. Si no puedes hacerlo, por lo menos, sé consciente de que su personalidad es una defensa ante la angustia que siente cuando no es admirado. Pon límites a su comportamiento cuando éste se dirija a dañar tu autoestima, pero no tomes su desdén como algo personal. Sobre todo, no esperes su respaldo emocional y practica la compasión con su inseguridad. 

Dra. Ana Martí-Belda

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