Aprender a sanar, aprender a vivir

Las cosas que nos ocurren dejan una huella, en terapia solemos hablar de que las personas vamos cargadas con una mochila llena de situaciones del pasado. Esa mochila, muchas veces invisible, pesa tanto que nos inmoviliza o se deja ver a través de nuestros miedos internos.

Las experiencias traumáticas generan una sensación de desamparo, de indefensión ante la vida junto con una pérdida de control interno. Nos creemos que estamos atados de pies y manos ante los caprichos de los acontecimientos. Es en ese momento cuando emociones como la ansiedad, el estrés post traumático o la tristeza hacen su aparición.

Por todo ello, se hace imprescindible trasformar toda esa carga emocional, fruto de la experiencia, a la vez que se trabaja nuestro valor interno altamente destruido. Esas experiencias lastran tanto que nos creemos incapaces de salir hacia delante.

 

Lo primero que vamos a trabajar en estos casos será redefinir los papeles de víctima y verdugo, el papel de víctima potencia esas sensaciones de indefensión, destruyendo la autoestima de la persona. Por ello, es necesario tomar un papel donde la resiliencia será la clave fundamental. Se precisa aceptar la experiencia vivida, aprendiendo de lo ocurrido para afrontar con más determinación el futuro. Además, será necesario trabajar el rencor o el odio a las personas que acometieron los daños o simplemente no nos protegieron.

A continuación, trabajaremos la compasión y la autocompasión para sanar todas las emociones que han surgido. Se trata de darnos cuenta del dolor que sentimos y aprender nosotros mismos a calmarlo.

Por último, nos centraremos en aprender a soltar lo ocurrido para poder avanzar y dejar de lado la inmovilización que nos ha tenido atados durante años.

Detrás de los acontecimientos duros de nuestra vida, se abre un espacio para la reflexión y el crecimiento personal, cuando somos capaces de encontrar la luz al final del túnel. 

 

Pide cita

Amparo Pérez Barberá

 

Abrir chat
Hola 👋
¿En qué podemos ayudarte?