TERAPIA ASISTIDA CON ANIMALES
PAULA MARTÍNEZ, Psicóloga General Sanitaria en Proceso Terapéutico.
Es innegable el papel fundamental que han tenido los animales en la vida del ser humano desde tiempos inmemorables, aportando múltiples beneficios como compañía, bienestar y apoyo emocional en las personas en el día a día.
Es por ello por lo que, desde el ámbito de la Psicología, se empezó a investigar cómo se podría incluir a los animales dentro de la terapia, siendo en 1792 el primer registro de la conocida Terapia Asistida con Animales (TAA) en Inglaterra, centrada en población con enfermedad mental grave.
Ha sido esta conexión emocional con los animales lo que sirvió como base a la hora de plantear la existencia de la Terapia Asistida con Animales, dándoles un papel clave en la mejora de la sintomatología tanto física como emocional.
Actualmente, los perros (de todos los tamaños) y caballos son los compañeros de terapia con los que más se trabaja gracias a las características que presentan a nivel general estos animales. Es importante tener en cuenta en todo momento la individualidad de cada uno de los que serán los co-terapeutas de la terapia ya que hay que tener presente que no todos se va a ver cómodos realizando según qué actividades, por lo que es imprescindible priorizar su bienestar y que el animal disfrute del papel tan importante que representa.
BENEFICIOS DE ESTA TERAPIA
Aunque depende de la población con la que estemos trabajando, se ha podido demostrar beneficios comunes en los pacientes que asisten a terapias en las que un animal forma parte de ella.
Por un lado, la presencia de un perro o un caballo en la Terapia Asistida con Animales puede reducir la ansiedad y el estrés en el paciente, ayudándole a sentirse más seguro en la sesión, lo que ayuda tanto a la comunicación entre los participantes como a conseguir la adhesión al tratamiento.
Además, la simple presencia de estos compañeros de cuatro patas provoca la liberación de endorfinas y la reducción de los niveles de cortisol, también conocida como la hormona del estrés, lo que provoca directamente una mejora en el paciente a nivel emocional,
Otro de los beneficios más notables en los pacientes que asisten a Terapia Asistida con animales es la mejora en las habilidades sociales, así como en la autoestima y en la confianza en uno mismo. Según han demostrado diferentes estudios, la idea de que “el animal no juzga” ayuda a que los pacientes se sientan bien consigo mismos y puedan interactuar más a lo largo de las sesiones.
Por último, aunque se presenten numerosos beneficios en los pacientes, es importante remarcar que el terapeuta que se encargue de las Terapias Asistidas con Animales tiene que tener conocimientos profundos sobre el animal, su personalidad y su comportamiento para garantizar el bienestar de todos los participantes en estas terapias tan bonitas.