Estamos de nuevo en diciembre, llega la Navidad y con ella todos los preparativos, cenas y comidas, regalos, reuniones familiares, encuentros con amigos… en definitiva, tiempo de compartir y disfrutar con nuestros seres queridos. Pero es cierto que este año la Navidad es diferente, no hemos de olvidar que estamos pasando por una pandemia y esto conlleva ciertas restricciones y medidas de seguridad que todos debemos cumplir.
Esta época del año produce todo tipo de emociones en nosotros, desde la ilusión y alegría de celebrar estas fiestas hasta la nostalgia y tristeza por la falta de algún miembro de la familia. Además, debido a la situación actual hay muchas personas que han perdido su trabajo, que no podrán reunirse por distancia, que temen contagiar a su familia, etc. Todo esto tiene como consecuencia que podamos sentir miedo, incertidumbre, desilusión, temor, enfado, desesperanza, frustración e incluso odio. Cuando nos sintamos así y los pensamientos negativos nos invadan podríamos intentar recordar la magia e ilusión que la Navidad nos producía en nuestra infancia.
Sin embargo, hay padres y madres que piensan que es injusto que los pequeños de la casa no puedan disfrutar de la Navidad con total “normalidad” y que junto a todo lo que conlleva la epidemia mundial pueda afectar en su bienestar psicológico. Estas Navidades serán diferentes, pero esto no implica que tengan que ser peores, los niños se adaptan a los cambios mucho mejor de lo que pensamos y para ellos la magia de la Navidad sigue presente.
Si cambiamos la perspectiva podremos ofrecerles momentos de juego y disfrute, aunque el núcleo familiar y las salidas sociales se vean reducidos. Podemos aprovechar estos días para crear momentos especiales e íntimos con ellos, viendo películas navideñas, haciendo videollamadas a familiares y amigos, repasando fotografías y vídeos caseros antiguos, cocinando platos típicos, y un sinfín de actividades para compartir tiempo y divertirnos con los más pequeños.
En conclusión, hacer el mejor regalo de estas Navidades está en nuestras manos, no es algo material que se compre en un comercio ni que se pague con dinero. El mejor regalo que podemos hacer es proteger a los seres queridos siguiendo las medidas para evitar el contagio y preservar la salud en estos tiempos de pandemia. En este proyecto de futuro cuyo objetivo es poder disfrutar de unas Navidades como las que conocíamos hasta ahora con reuniones familiares sin restricciones, salidas de ocio, viajes, compras navideñas, comidas de empresa, reencuentros con amigos, lo importante no es volver a vivirlas como antes sino poder disfrutarlas TODOS.
Ana Martí-Belda