SUBEN LAS TEMPERATURAS Y SE ENFRIA EL AMOR
Durante el verano, las expectativas sociales sobre las relaciones se intensifican. La presión por tener unas vacaciones perfectas y disfrutar del tiempo libre puede generar tensiones en las parejas. La cultura del ocio y el romance idealizado puede llevar a desilusión cuando la realidad no coincide con estas expectativas. Esto puede resultar en sentimientos de insatisfacción, frustración y ansiedad, que impactan negativamente en la salud emocional de ambos miembros de la pareja.
Desde la psicología cognitivo-conductual, se entiende que las creencias y pensamientos sobre lo que debería ser una relación pueden influir en la percepción de la misma, llevando a una mayor insatisfacción y, en última instancia, a la ruptura.